Escritora española nacida y fallecida en Madrid 1590 - 1660. Hija de un noble al servicio del virrey de Nápoles, Zayas y Sotomayor, que vivió parte de su vida en Zaragoza.
Escribió poesías y una comedia titulada "La traición de la amistad", pero su obra fue fundamentalmente narrativa y muy cercana a la estructura formal del "Decamerón" de Boccaccio:
Novelas amorosas y exemplares (1635), reunión en donde galanes y damas narran novelísticos sucesos para entretenr a la enferma Lisis, y
"Desengaños amorosos" (1647), donde se muestra una clara mediación del punto de vista, dependiendo del sexo del narrador.
Su obra presenta un mundo de crueldad, de lascivia, traición, odio, guerra y, sobre todo, desengaño, siendo el tema principal de su narrativael conflicto entre hombres y mujeres. Afirmó en sus relatos la igualdad de las mujers y su capacidad intelectual, y una de sus aportaciones principales fue la introducción de personajes aristocráticos dentro del género de la picaresca.
Ella es un fiel ejemplo de las dificultdes con las que se enfrentaron las escritoras del Siglo de Oro para ser reconocidas como tales.
Fragmento:
-Nací en la casa de mis padres sola, para que fuese sola la perdición de ella: hermosa, ya lo veis; noble, ya lo he dicho; rica, lo que bastara, a ser yo cuerda, o a no ser desgraciada, a darme un noble marido. Criéme hasta llegar a los doce años entre las caricias y regalos de mis padres; que, claro es que no habiendo tenido otro de su matrimonio, serían muchos, enseñándome entre ellos las cosas más importantes a mi calidad. Ya se entenderá, tras las virtudes que forman una persona virtuosamente cristiana, los ejercicios honestos de leer, escribir, tañer y danzar, con todo lo demás competentes a una persona de mis prendas, y de todas aquellas que los padres desean ver enriquecidas a sus hijas; y más los míos, que, como no tenían otra, se afinaban en estos extremos; salí única en todo, y perdonadme que me alabe, que, como no tengo otro testigo, en tal ocasión no es justo pasen por desvanecimiento mis alabanzas; bien se lo pagué, pero más bien lo he pagado. Yo fui en todo extremada, y más en hacer versos, que era el espanto de aquel reino, y la envidia de muchos no tan peritos en esta facultad; que hay algunos ignorantes que, como si las mujeres les quitaran el entendimiento por tenerle, se consumen de los aciertos ajenos. ¡Bárbaro, ignorante! si lo sabes hacer, hazlos, que no te roba nadie tu caudal; si son buenos los que no son tuyos, y más si son de dama, adóralos y alábalos; y si malos, discúlpala, considerando que no tiene más caudal, y que es digna de más aplauso en una mujer que en un hombre, por adornarlos con menos arte.
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